«La Alianza del Norte equivale al derrocado régimen talibán»

Zoya Azadí, portavoz de la Asociación Revolucionaria de Mujeres Afganas. Javier Prieto

MADRID. ABC: «Soy la mujer que ha despertado... me he alzado desde los arroyos de la sangre de mis hermanas». Estos fueron los versos de Meena, una mujer afgana que en su lucha por los derechos humanos en Afganistán lideró la fundación de RAWA (Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán) en 1977. Fue asesinada diez años más tarde.

Hoy cientos de ellas han recogido ese «llanto silenciado». Entre ellas, y bajo el pseudónimo de la amenaza Zoya Azadí, 25 años, una de las portavoces de RAWA. Dando la cara.

Se encuentra estos días en Madrid, respondiendo a la llamada de Paz Ahora, «una ONG dedicada a los conflictos olvidados».

En una entrevista concedida a ABC, Zoya se muestra esperanzada ante la nueva situación de Afganistán pero con una condición «sine qua non», la salida de la Alianza del Norte del Gobierno afgano. «La Alianza del Norte equivale al derrocado régimen talibán. Son antidemocráticos, no respetan los derechos humanos e igualmente impulsan leyes y restricciones contra las mujeres. Tenemos la experiencia de los años que gobernaron (1992-1996) y no podemos olvidar los crímenes que cometieron contra nosotras», denuncia la portavoz de RAWA.

EL FUTURO GOBIERNO DE AFGANISTÁN

Es por ello que la música que proviene de nuevo de las calles de Kabul o Jalalabad le suena a «hipocresía». Su mirada se centra estos días en Bonn, donde otras compañeras representan sus derechos.

En cuanto al futuro de Afganistán, Azadí se muestra tajante. «Preferimos al Rey Zahir en el poder porque la mayoría del pueblo le apoya, es preferible su retorno a cualquier tipo de fundamentalismo».

Sin embargo, Azadí no cree que la vuelta del Monarca traiga consigo la plena democracia y la plena instauración de derechos para las mujeres en Afganistán, pero constituiría un primer paso hacia lo que ella misma declaraba como «el establecimiento de un Gobierno realmente democrático a largo plazo».

Es obvio que los atentados del 11 de septiembre constituyeron un punto de inflexión en su lucha por la democracia y los derechos de la mujer, máxime cuando todas las miradas de la comunidad internacional se dirigieron al régimen fundamentalista del mulá Omar. No obstante, RAWA lamenta que hasta esa fatídica fecha su causa y su protesta no hubiese tenido el eco suficiente. «Antes del 11-S nuestro llanto estaba silenciado, era una situación muy dolorosa, éramos asesinadas y no le importábamos a nadie».

Ahora, tras la caída de los maximalistas intérpretes del Corán, RAWA reclama una verdadera ayuda internacional. «Cooperar con la Alianza del Norte es cooperar con nuestro enemigo. Necesitamos la total implicación de la ONU. Sin ella no podremos hablar de democracia y paz en Afganistán para así impulsar un pleno proceso democrático. Necesitamos que una fuerza internacional, bajo bandera de la ONU, pare esta guerra y consiga el desarme de todas las partes beligerantes», declaró.

Zoya Azadí también se refiere al Islam. «Éste no es el problema», declara, «en muchos países islámicos las mujeres conservan todos sus derechos, el problema consiste en la reedificación de un nuevo tipo de Islam que muchos han diseñado para sus fines políticos».

Bajo el anonimato, pero firme y con esperanza, avanza esta mujer. Deseando que una nueva melodía provenga de las calles de Kabul.