Declaración de RAWA con motivo de las elecciones presidenciales en Afganistán
Luego de tres años de la caída del régimen Taliban, nuestro país tendrá su primera elección presidencial. Si bien deberíamos estar viviendo un momento pleno de esperanza para la historia de Afganistán, tras tres años de vandalismo y discordia en la administración del gobierno, los ciudadanos prácticamente no aspiran a obtener un resultado que sea positivo.
Así como los dos últimos “Loya Jirgas” fueron corrompidos por la presencia de los criminales Jehadi, estas elecciones sufrirán la misma suerte en medio del caos y del pánico infundado por estos terroristas. Esto fue reconocido por los medios y organizaciones internacionales como HRW, UN, etc.… Mas allá de las distintas fuentes estadounidenses que creen que Zalmai Khalilzad es el jugador clave de estas elecciones, para nosotros no serán mas que una burla a la democracia y nunca serán ni justas ni libres si tenemos en cuenta lo siguiente:
Estas elecciones se llevarán a cabo cuando la corrupción, el soborno, la burocracia, el tráfico de drogas y el secuestro de niños se hallan en niveles sin precedente y cuando las armas y el terrorismo son quienes dominan al país. Las armas, el dinero y la intimidación gobiernan e influencian la ley.
El problema principal es la falta de seguridad. El presidente está custodiado por guardaespaldas estadounidenses, pero ¿quién protegerá a la gente inocente de las balas de los terroristas?
Tanto el llamado “Ejército Nacional” como la policía están influenciados por la “Alianza del Norte” y están manipulados a favor del tráfico de drogas y otros delitos atroces.
Las 1.100 tropas estadounidenses han entrado en combate con el Taliban, Al-Qaeda y Gulbaddin (grupos terroristas). Estos grupos asesinaron no solamente a ciudadanos afganos sino que también a estadounidenses. Sin embargo, las tropas norteamericanas e ISAF no han hecho nada para poner freno a la banda criminal de la “Alianza del Norte” de Fahim-Qanoni, que no ha asesinado estadounidenses, sino que solamente afganos.
El ejército del ISAF de nueve mil soldados no puede garantizar la seguridad de la ciudad de Kabul.
La “Comisión Electoral” está a cargo de los terroristas y sus agentes. Entre los 18 candidatos presidenciales, se encuentran algunos nombres notables como Ahmed Shah Ahmedzai, Hafizull Manssur, Abdul Hadi Dabir, Latif Pedram, Qanoni, Dostum y Mohaqiq, que fueron los primeros en ir a juicio por delitos peligrosos. Las víctimas de estos delincuentes han enviado más de 150 cartas de queja pero todas han sido rechazadas por la Comisión. La Comisión Electiva ha incumplido la ley electoral y le ha dado lugar a estos terroristas. Los pocos candidatos cuyas manos no están manchadas con sangre son débiles y están luchando con los fundamentalistas, y se los considera estar más interesados por su propia fama que en obtener votos para el pueblo.
No hay una sola mujer entre los candidatos en que las mujeres puedan confiar.
Shafiqa Habibi fue descripta por el Occidente como la representante de las mujeres afganas y defensora de los derechos humanos, pero además de sus conexiones con los títeres pro-Moscú, ha admitido ser diputada de Dostum. Esto la ha difamado más que nunca y la puso en oposición a todas las mujeres que han sufrido en las manos de Dostum y otros violadores. Su estado actual demostró que las predicciones de RAWA eran ciertas en cuanto a su posición sospechosa.
Masouda Jalal tampoco puede representar a las mujeres afganas debido a su conexión con el Jamiat-e-Islami de Rabbani y a su posición colaboradora con otros fundamentalistas. Las verdaderas representantes de las mujeres son grandes personas como Malalai Joya quien se atreve a hablar en nombre de todas las mujeres y hombres que sufren en el país. En realidad el sexo del nuevo presidente no es lo importante, sino que lo que realmente cuenta es la posición que tome en relación a los fundamentalistas, que son la causa principal de los problemas de la tragedia actual en este país.
Nadie le ha prohibido al partido Gulbaddin participar en estas elecciones. Abdul Saltar Sirat, a quien se lo describe incorrectamente como pro-demócrata, ha nombrado a Qazi Amin Waqad como diputado, quien es un notorio terrorista de la banda de Gulbaddin Hekmatyar.
La increíble y triste realidad es que Latif Pedram, un conocido torturador del KHAD y un enviado especial de Burhanuddin Rabbani, es uno de los candidatos a Presidente. Utiliza la máscara de defensor de los “derechos de la mujer”, la “democracia” e incluso del “Secularismo”, pero en realidad es un ex espía del régimen a favor de Irán. Aún más asombroso es que algunos medios internacionales generosamente difunden su propaganda. Podrá confundir al mundo con su disfraz de estilo occidental, pero no puede engañar al pueblo afgano, quien nunca olvidará que proviene de Khadi-Jehadi así como tampoco olvidará su conexión con Irán.
No importa si Pedram y otros como él no reciban votos significativos, el punto es que la gente naturalmente perderá las esperanzas al ver la presencia de agentes del régimen Iraní en las elecciones.
Aun cuando Karzai destituyó a Fahim como su diputado, es un acto que carece totalmente de valor. Repetidamente hemos destacado que otorgar el rango de “mariscal” a un hombre cuyas manos están manchadas con sangre es un gran insulto para la gente. Incluso Fahim fue reemplazado por Khalili y Zia Masoud (hermano de Ahmad Shah Masoud) que son de la misma estirpe que Fahim. El perfil criminal de Khalili es muy conocido, su último delito fue denunciado hace tres meses cuando un asesino fue liberado gracias a su interferencia. El Sr. Zia Masoud, además de estar involucrado en el tráfico de piedras preciosas junto con Wali Masoud, también está acusado de quedarse con US$ 500.000 de la CIA que supuestamente debía transferir a Ahmed Shah Masoud (“Ghost Wars” de Steve Coll).
Una y otra vez hemos afirmado que Fahim y sus cómplices son bombas de tiempo y se vuelven aun peores si adquieren poder. Fahim afirmó esto al amenazar descaradamente a Karzai ni bien se le otorgara el cargo de Vicepresidente. Seguramente el Sr. Karzai recibirá más insultos en el futuro por parte de los falsos mariscales que él mismo ha creado.
La mencionada remodelación ministerial no solo sostiene el poder de los terroristas, sino que también describe claramente lo antidemocrático y antihumano que será el gobierno de Karzai en el futuro.
La declaración de apoyo por parte de Rabbani y compañía a Karzai es una luz roja que indica lo infectada que estará la futura administración por lo gérmenes del fundamentalismo. Si las fuerzas estadounidenses no hacen nada en contra de esto, entonces gente como Fahim y otros serán cada vez de mayor peligro para el Sr. Karzai.
Mas allá de los tres mil millones de dólares donados hasta ahora (aunque la cifra no tiene comparación alguna con los 26 mil millones donados a Irak), no se ha observado ningún progreso significativo en la reconstrucción de Afganistán. De acuerdo al Ministro de Planeamiento, ésta suma podría haber cambiado Afganistán. El mayor porcentaje ha sido canalizado directamente a los bolsillos de los terroristas, quienes también están ganando millones de dólares a través del tráfico de drogas. Se han convertido en monstruos que cometen cualquier delito que quieren bajos los mismos ojos de ISAF y de las tropas estadounidenses. Sin duda, manipular las elecciones también sería demasiado fácil para ellos.
Sayyaf donó un millón de dólares al Ministerio de Educación, Qanoni donó un millón de dólares a la Administración de la Educación de Farah y el Sr. Mohsini otorgó de su propio bolsillo doce millones de dólares para construir una escuela religiosa. Estas enormes cantidades de dinero que aparentemente fueron otorgadas como donaciones, fueron en realidad invertidas en las campañas electorales. Con millones de dólares en sus manos, los terroristas pueden hacer las atrocidades que se les ocurran con las elecciones.
Ismail Khan, otro líder de los criminales, sin vergüenza alguna “arresta” a jóvenes mujeres en la calle para “examinar” si son vírgenes o no. No hay precedentes en todo el mundo de un insulto tan horroroso como éste.
La revista estadounidense “The Nation” (4 de octubre de 2004) publicó la desgarradora historia de un grupo de mujeres deportadas por el régimen Iraní. Primero las mujeres fueron secuestradas y deshonradas por secuaces de Ismail Khan y luego fueron llevadas a la llamada “Comisión de los Derechos Humanos” de Sima Samar, donde fueron vergonzosamente expuestas en subasta para que los hombres fueran y se las llevaran. Esta historia desangra el corazón de cualquier persona honorable.
¿Todavía puede esperarse que las mujeres afganas, que viven en tal infierno, vayan a votar con algún entusiasmo?
La situación en Afganistán ha sido tan frágil que Al Zawaheri denuncia que el país se encuentra bajo el poder del Taliban y de Al-Qaeda. Al-Qaeda observa con claridad que la política estadounidense no ha tenido éxito en Afganistán y que la “Alianza del Norte”, su hermano ideológico y religioso está ganando poder. Al Qaeda ve que Estados Unidos y sus aliados provocaron la “guerra al terrorismo” confiando no solo en sus tropas sino también en sus hermanos de la “Alianza del Norte”.
Alrededor de 30 personas que trabajaban para el proceso electoral y empleados de ONG fueron asesinadas por el Taliban, más ataques como estos se esperan durante la elección. Nadie en el mundo pondría su vida en riesgo para ir a votar.
Los cientos de publicaciones que existen en el país son una señal positiva, pero esta cantidad carece de valor alguno cuando se tiene en cuenta que NO se puede escribir libremente bajo la amenaza de los fundamentalistas. Ninguna de las publicaciones se atreve a criticar ni en lo más mínimo a Ahmad Shah Masoud o a Fahim. “Payam-e-Zan” todavía se publica en secreto porque escribe sobre el Secularismo y delata desafiadamente delitos cometidos por la “Alianza del Norte” y Ahmed Shah Masoud. El Secularismo, que fue introducido hace 90 años por Amanullah Khan, hoy se ha convertido en un tema tan tabú que la prensa teme opinar. Los pocos comentarios del Sr. Mubariz contra los terroristas le costó un ataque en su propia residencia por parte de los manifestantes de Fahim, Qanoni y Sayyaf. ¿Cómo puede esperarse que la prensa tenga un rol significativo en las elecciones?
El resultado de las elecciones ya se conoce, Karzai ganará. Ésta no es una predicción profética ni mucho menos. La gente no tiene otra opción que elegir entre Karzai y los criminales. Esto se debe a que el movimiento democrático es débil, y a que no existe ningún candidato que sea genuinamente democrático, amante de la independencia y que esté a favor de la gente. Por lo tanto, el número limitado de votantes preferirá a Karzai – más allá de sus errores y negocios con los criminales- antes que a los terroristas. Éstos no podrán juntar la cantidad de votos suficientes para reemplazar a Karzai ni siquiera utilizando todo su poder y todo su fraude. El crédito, por lo tanto, no irá a Karzai si gana. La gente irá a los centros de voto en desesperación, rogando que Karzai pueda pararse con resolución frente a los fundamentalistas.
Algunas personas pueden considerar “pesimista” lo anteriormente relatado. Pero estos críticos no podrán proporcionar ningún ejemplo para probar que las predicciones o análisis hechos por RAWA sean erróneos. Ya que RAWA ha tenido siempre el coraje de enfrentar las peores realidades y de luchar contra ellas, RAWA nunca distorsionará o apaciguará las realidades más amargas.
Creemos incondicionalmente que luego de completar la crucial tarea de combatir el fundamentalismo, llegará el día en que podamos respirar el aire de libertad y democracia y reconstruir nuestra tierra perdida con nuestras propias manos y con la sincera ayuda de aquellas naciones que con amor abrazan la libertad.
2 de Octubre de 2004 Loya Jirga significa “gran concejo administrativo” en Pashto. Durante décadas, lideres de Afganistán convocaron a los loya jirgas para que eligieran nuevos reyes, para adoptar constituciones y tomar decisiones sobre disputas y asuntos políticos. Los Loya jirgas estaban formados tradicionalmente por los lideres de las tribus y otras personas mayores – en su mayoría hombres – que eran enviados a Kabul. |